martes, 19 de febrero de 2013

Trend toward sybaritism - Tendencia hacia el sibaritismo






The pursuit of excellence, less is more.


Back in Spain, reconsidering all data BIOFACH 2013, trying to organize the essence of the above by customers and suppliers. In my humble opinion, I've seen too much attitude economist, giving too much weight to costs and numbers above qualities and excellence. I've missed more sensitive, I think, and I think that we need to give added value to individualism and limited edition, I mean, the big companies are trying to free the market to control it more comfortably. We should not play that game because the long term could destabilize the market and control it at will. 


Precisely the market is stating the opposite, I have perceived labor-importing emerging countries we now call the need for a unique, unparalleled, limited production. High quality products, from wineries to convey, which is a set and wine cellar, sensory interrelated. The market does not want big wine factories built in the middle of a privileged, that sweep from fair to fair with their expensive stands. The real market is much smarter than that, I repeat, exclusivity demand is increasingly high, we need to stop talking about many numbers and money, we should be concerned to find the sensitivity, the connection, the beauty and the luxury.

Organic wine is a luxury and should be treated as such, we can not industrialize this market, we should not be impressed and is very easy to say but believe me, I share much of the philosophy of Hiroshi and Tomiko Hishida, owners of restaurant that it has a single table, Mibu in Tokyo.


Less is more.



La búsqueda de la excelencia, menos es más.



De vuelta en España, recapacitando todos los datos de BIOFACH 2013, intentando organizar la esencia de lo expuesto por clientes y proveedores. En mi modesta opinión, he percibido demasiada actitud economista, dando demasiada importancia a costes y a números por encima de las calidades y de la excelencia. He añorado más sensibilidad, pienso, y creo, que necesitamos darle un valor añadido al individualismo y a la edición limitada, quiero decir, las grandes compañías, están intentando liberar el mercado para poder controlarlo con mayor comodidad. No deberíamos entrar en ese juego ya que a largo plazo podrían desestabilizar el mercado y controlarlo a su antojo. 

Precisamente el mercado está precisando todo lo contrario, he percibido de mano de importadores de países que ahora llamamos emergentes la necesidad de un producto único, inigualable, de producción limitada. Productos de alta calidad, procedentes de bodegas que trasmitan, que sea un conjunto el vino y la bodega, interrelacionado sensorialmente. El mercado no quiere grandes factorías del vino construidas en medio de un entorno privilegiado, que arrasan de feria en feria con sus caros stands. El mercado real es mucho más inteligente que esto, me reitero, la demanda de la exclusividad es cada día más alta, necesitamos dejar de hablar de tantos números y de dinero, debemos preocuparnos de encontrar la sensibilidad, la conexión, la belleza así como el lujo.

El vino ecológico es un lujo y debe ser tratado como tal, no podemos permitir industrializar este mercado, no debemos dejarnos impresionar y es muy fácil decirlo pero créanme que comparto gran parte de la filosofía de Hiroshi y Tomiko Hishida dueños del restaurante de una sola mesa MIBU en Tokyo.

Menos es más.



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